ONU alerta sobre persistencia en prácticas inhumanas

La Habana, 26 jun (Prensa Latina) En el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, la ONU alerta hoy sobre la persistencia de esas prácticas inhumanas, consideradas un crimen según el derecho internacional.


Desde los días iniciales de la organización, hace 75 años, las Naciones Unidas condenaron la tortura por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes.


Aunque la tortura se considera un crimen y está absolutamente prohibida en todos los instrumentos internacionales, todavía se documentan casos en el mundo, como los registrados en la prisión que mantiene el Gobierno de Estados Unidos en la ilegal base naval de Guantánamo, al este de Cuba.


La historia de esa cárcel ha estado marcada por sucesivas denuncias de organizaciones internacionales sobre torturas sistemáticas, interrogatorios, abusos y otras violaciones de los derechos humanos de los casi 800 reos que llegó a recibir, la mayoría de ellos sin cargos en su contra.


Antes de asumir la presidencia de Estados Unidos en enero de 2009, Barack Obama declaró que la prisión de Guantánamo representaba la más seria amenaza a la credibilidad de ese país como «una democracia defensora de los derechos humanos».


Pero el compromiso del entonces mandatario de cerrarla quedó incumplido al chocar con la fuerte oposición de congresistas republicanos e, incluso, algunos del Partido Demócrata.


El actual presidente norteamericano, Donald Trump, tampoco ha tomado acciones que indiquen el posible cierre del centro de detención, aunque ahora hay menor número de prisioneros.
En tanto, la devolución del territorio ocupado por la base naval permanece como un reclamo constante de Cuba.


Además de los abusos registrados en la prisión de la ilegal basa naval de Guantánamo, existen numerosas denuncias de violaciones en varias cárceles en Estados Unidos.


En varias ocasiones, el relator especial de las Naciones Unidas sobre tortura, Nils Melzer, ha alertado sobre la impunidad de que gozan en Estados Unidos los actos de ese tipo en las prisiones.


Recién en febrero de este año, advirtió que la aplicación excesiva del confinamiento en solitario en los centros correccionales estadounidenses es alarmante, y que ese castigo deliberado de angustia mental puede considerarse tortura psicológica.


«Durante años, mi relatoría ha expresado preocupación por el uso excesivo en el mundo del confinamiento en solitario, sujeto a una amplia arbitrariedad», insistió.


Estados Unidos es un país que aplica demasiado esa sanción en sus cárceles y centros correccionales, señaló en un comunicado en que informó haber recibido recientemente denuncias acerca de las prácticas del Departamento de Correccionales de Connecticut.


Melzer sostuvo que estos castigos parecen formar parte de una política estatal cuyo objetivo es infligir a los prisioneros un sufrimiento agudo físico o mental que puede considerarse tortura.


Según detalló el relator, esas condiciones inhumanas de detención se usan rutinariamente en las instalaciones correccionales de Estados Unidos, sobre todo, en los casos de reclusos clasificados como de «alto riesgo» debido a su pertenencia previa a pandillas, a comportamientos anormales o a condiciones previas de salud mental.


En una entrevista con Deutsche Welle, Melzer denunció también la negativa del gobierno estadounidense a perseguir la práctica sistemática de la tortura por parte de la CIA, que incluso ha sido investigada y confirmada por el propio Senado de ese país norteño.